miércoles, 7 de noviembre de 2018

Mis discos predilectos (Episodio 1)





Todo melómano atesora en su cabeza un sinfín de discos, que son una extensión de su propio ser.
Mi drogadicción musical comenzó desde muy temprano, cuando esporádicamente mi padre decidía poner algunos discos de rythm and blues, swing, y blues. No sabría decir la edad exacta que tenía, cuando escuché a Louis Armstrong por primera vez. Se trataba de un recopilatorio, perteneciente a una colección que se vendía los domingos comprando un diario local. El disco contenía auténticos temazos deprimentes, relacionados con la época de la esclavitud, letras desgarradoras, acompañadas de acordes menores, y lamentos de otro tiempo. Solía sentarme  en la sala donde teníamos un gran equipo hifi, con unas columnas JBL, que tenían un sonido brutal. Cerraba los ojos y me mantenía inerte ,  tratando de imaginar aquella desgraciada época, con la intención de confraternizarme con todos los esclavos que tuvieron que dar su vida simplemente por su color de piel.
La canción número 10 de ese recopilatorio, me marcaría para siempre. St James Infirmary, una canción con un origen incierto, de autor desconocido, aunque algunos le otorgan el mérito de su creación a Don Redman, un arreglista, compositor y clarinetista de jazz.
La versión que me cautivó es una versión que grabó Louis Armstrong en 1928. Se trata de una versión mas lenta, y con una letra mas breve.

Puedes escuchar la versión de Louis Armstrong aquí:  
https://www.youtube.com/watch?v=QzcpUdBw7gs

Desde el primer segundo de canción sabemos que estamos en otra época, un tanto lúgubre, injusta, o difícil para la convivencia. Son los alocados años 20. Las guerras, enfermedades, o las aberraciones cometidas en ésta fracción de tiempo pueden de servir de trasfondo, o causa para explicar esta letra. En ella se habla de un hombre que va al hospital a ver a su novia o a su hija (no queda del todo claro ya que la palabra baby en inglés, a menudo es utilizada para referirse tanto a una hija como una compañera sentimental ). La encuentra tumbada en una camilla, y con una pena inmensa, transmitida a través de la sección de vientos, éste la encomienda a Dios. Sin duda, una obra que sobrecoge, por su mensaje, por su armonía casi funeraria, y por su fuerza. Nos deja una enseñanza, y es que por mucho que luchemos, o corramos, la muerte siempre va a frustrar todos nuestros deseos, y acabará atrapándonos para llevarnos lejos de todo.







Otra canción de este recopilatorio, que me marcó, fué Strange fruit, interpretada por una joven Billie Holliday. Desarrollada en una atmósfera decadente y triste, es una seña de orgullo para la propia cantante, la cual cantó desde el comienzo de su carrera hasta el final. Con un fuerte contexto histórico, trata sobre los linchamientos sufridos por los negros en EEUU, y se crea con el pensamiento tanto de honrar a las víctimas, como de erradicar el racismo, tan arraigado y que ha existido desde finales del siglo XVIII hasta la década de los 60 del siglo XX.

Su letra describe, como un hombre cuelga en un árbol, ahorcado, tras haber sido linchado. Lo llaman Stange Fruit (fruta extraña).



Puedes escucharla aquí:
https://www.youtube.com/watch?v=Web007rzSOI





Ahorcamiento de Thomas Shipp y James Camron. Foto tomada por Lawrence Beitler
alrededor del año 1930




En este momento, frente al ordenador, escuchando esta poderosa pieza, no termino, (ni lo haré nunca) de comprender cómo diablos el ser humano puede llegar a tales extremos. Espero que estas humildes líneas sirvan para conocer ciertos aspectos oscuros de nuestra especie, y sobre todo, aprender de nuestros propios errores, ya que si ignoramos hechos como estos, muy posiblemente seremos tan imbéciles de repetirlos.
Finalmente me apacigua, el saber, que mediante la música, podemos, luchar contra cualquier injusticia, y construir un camino sin piedras molestas que nos aparten de la dirección a la que debemos todos en armonía dirigirnos.

PD: Perdonen la flaqueza, o poca chicha de este artículo, pero el contexto histórico de estas dos canciones me deja sin ganas de escribir, sólo por el momento. Gracias por estar ahí.




                                                                                                                                                                          

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